LOS AMANTES DESCARNADOS
Se aman los esqueletos. No los músculos.
Del esqueleto que ama crecen flores. Misteriosas
carnívoras, orquídeas
bellas como mantis-orquídeas.
La música de los esqueletos al amarse,
el silencio de los esqueletos al amarse.
El miedo
del esqueleto a ser amado.
Al hacer el amor
dejan la huella fosforescente de su vida
en la radiografía de las sábanas.
Al hacerse el amor,
los esqueletos
en su infinita metamorfosis hacia la oscuridad.
Y al separarse
comprenden que en lo óseo
mora vivo el dolor más allá de la carne.
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